¿Tienes un abrigo de piel que solo ocupa espacio en el armario? Ese que no sabes ni cómo llegó a tus manos (o que ya no te pega ni con cola)… Pues agárrate, porque esto te interesa. Hay peleterías que están dispuestas a comprarte ese abrigo de segunda mano (sí, hasta el que lleva años acumulando polvo). Y no solo te sacas un dinerillo, sino que le estás dando una segunda oportunidad a una prenda que, por lo que costó en su día, se lo tiene bien ganado. ¡Ganas tú y, de paso, le das una alegría al abrigo!
Así que, si quieres saber cómo vender ese abrigo y de paso hacer algo más que dejarlo cogiendo polvo, sigue leyendo. Te lo explico todo, sin rodeos y con lo que realmente necesitas saber.
¿Tienes un abrigo de piel dando vueltas por ahí y ya no sabes qué hacer con él? Igual lo heredaste de tu abuela, o simplemente apareció en el armario en uno de esos cambios que haces cada vez que te cansas de la ropa de siempre (sí, todos lo hacemos). Si la idea de venderlo te suena bien, aquí tienes algunas opciones que podrían sacarte del apuro… y de paso, del abrigo.
Mercadillos y tiendas multimarca ¿Conoces esos mercadillos donde te puedes topar desde una bici ochentera hasta una chaqueta de cuero que probablemente ha visto más rock que tú? Pues ahí, muchas veces compran abrigos de piel. ¿Lo malo? Los precios no son nada del otro mundo porque, francamente, hay abrigos de sobra. Pero si lo que quieres es deshacerte de él sin complicarte, esta puede ser tu salida rápida.
Tiendas online y plataformas de anuncios Si prefieres lo digital y quieres abrir más opciones, lánzate a las webs de anuncios. Hay sitios (como el nuestro, ¿viste el sutil guiño?) donde puedes subir tu abrigo con sus fotos y todo, para darle más alcance. Lo bueno: puedes crear el anuncio gratis o, si quieres que lo vea hasta el vecino del quinto, pagar un poco para destacarlo. Con suerte, lo vendes en menos tiempo de lo que esperabas.
Peleterías especializadas Y si lo tuyo es más el lujo (o al menos, acercarte a él), las peleterías también son opción. Compran abrigos de segunda mano para desmontarlos, reutilizar la piel en nuevas prendas, o revenderlos. ¿La pega? No suelen pagar una fortuna, pero si buscas venderlo rápido y sin vueltas, esta es una apuesta segura.
Ahí tienes, tres opciones claras. Tú decides cómo sacarle partido a ese abrigo que, admitámoslo, ya solo está ocupando espacio.
Antes de lanzarte a vender ese abrigo de piel, respira hondo y revisa un par de cositas… Créeme, te vas a ahorrar líos. Aquí va la lista (y no te hagas el distraído):
Primero, el look general. ¿Tiene alguna rasgadura que cante a kilómetros o zonas que han pasado tiempos mejores? Ya sabes… si parece que tu abrigo fue de batalla en una película de acción, eso le resta puntos. Pero si aún tiene dignidad, sigue leyendo.
Segundo, el tipo de piel. No es lo mismo tener un visón (que grita “clase”) que, no sé… un abrigo de conejo. Visón, chinchilla o cualquier piel que suene a lujos y champán… eso se cotiza mejor. Si tienes una de esas joyas, estás en racha.
Y por último, cómo lo has conservado. Si tu abrigo ha sido buffet libre de polillas o está tan seco que parece cartón… Houston, tenemos un problema. La humedad y el calor son los archienemigos de estos abrigos. Así que, si el tuyo ha sobrevivido sin achicharrarse o desmenuzarse, apláudelo y trátalo con cariño.
Ya está… ¡revísalo bien antes de ponerlo a la venta! No te va a costar mucho, pero puede ser la diferencia entre venderlo o verlo ocupando espacio en tu armario hasta el fin de los tiempos.
Si tienes un abrigo de piel por ahí y ni idea de cuánto vale, relájate, que no es para tanto. Lo mejor que puedes hacer es pedir una tasación. ¿Por qué? Porque te van a decir, sin rodeos, cuánto vale de verdad esa prenda, y así evitas venderla por dos duros (o pasarte pidiendo y que nadie se interese).
Tasación Online Hoy en día, la tasación online te lo pone fácil: mandas un par de fotos, explicas cuatro cosas y en nada tienes un informe con el valor real de tu abrigo. Vamos, que es rápido y sin líos (perfecto para los que no soportan hacer trámites largos e inútiles).
Tasación a Domicilio ¿No te va eso de hacer fotos o prefieres que alguien vea tu abrigo en persona? Pues hay empresas que vienen a tu casa para tasarlo, especialmente si vives en una ciudad grande tipo Madrid. Llegan, miran tu abrigo, te dicen el valor y tú a seguir con tu vida como si nada. Fácil, ¿no?
Al final, con una tasación en la mano, ya tienes claro qué pedir cuando lo pongas en venta.
Mira, si de verdad quieres sacarte esa prenda de encima y no dejarla otra temporada en el armario… toca ponerle un poco de chispa. Así que al grano:
Primero, cuéntame bien de qué va la prenda, que la gente no tiene poderes para adivinar. ¿Qué tipo de material es? ¿Está como nueva o tiene sus batallitas? Y, si tiene algún detalle especial – ya sabes, ese toque que hace que no sea una prenda cualquiera – no te lo guardes, dilo ya, que no le estamos vendiendo a adivinos.
Segundo, y esto es clave: las fotos. No me pongas esas fotos que parecen sacadas con una cámara del pleistoceno. ¡Haz que la prenda brille! (Sí, lo visual cuenta, y mucho). Unas fotos nítidas, con buena luz, pueden ser el empujón que necesita para salir por la puerta.
Y lo último, el precio. Aquí no hay trofeo por inflarlo. Ajusta el precio a su valor real, ni más ni menos. Si te pasas, nadie te lo compra; si lo dejas regalado, tampoco vas a ganar respeto. Mira un poco el mercado y ponle un precio sensato.
Haz esto y, oye… lo vendes o lo vendes.
Mira, si al final decides que no te apetece vender ese abrigo de piel (y oye, cada loco con su tema), tengo un par de ideas que pueden ser justo lo que necesitas… No te voy a cambiar la vida, pero quizás le encuentres una vuelta interesante:
Primero, ¿qué tal si lo transformas? Sí, como lo oyes. Hay peleterías que agarran esos abrigos que parecen salidos de una peli de los 80 y los convierten en algo más actual… o, si te mola la idea, en piezas de decoración. ¿Te imaginas unos cojines de lujo para el sofá? Pues eso. Ahí tienes una opción que ni te esperabas.
La otra: si no te apetece deshacerte de él por completo, siempre puedes donarlo. Hay organizaciones benéficas que se ponen contentísimas cuando reciben algo así. Y mira, de paso haces algo bueno… te libras de un abrigo que ya no usas y ayudas a alguien que sí lo necesita. ¿Suena redondo, no?
Así que, nada, la decisión es tuya. No te voy a decir qué hacer… pero si alguna de estas ideas te encaja, ¡dale caña!
Vender un abrigo de piel de segunda mano puede parecer tan fácil como encariñarse con los lunes… pero oye, no tiene por qué ser un suplicio. Con un par de datos buenos (y un poco de ganas), lo puedes hacer sin dramas. Y lo mejor, de paso, contribuyes a que la moda sea más sostenible.
Primero, échale un ojo crítico al abrigo. ¿Está decente o parece que lo ha estado usando un oso en hibernación? Si está en buen estado, te conviene buscar a alguien que lo tase; no vaya a ser que termines regalándolo o lo vendas por menos de lo que vale.
Luego, elige bien dónde lo vas a subir. No es lo mismo plantarlo en cualquier sitio que en una plataforma donde la gente esté buscando justo este tipo de prendas. Créeme, si das con el lugar adecuado, no solo te cae una buena cantidad (que nunca estorba), sino que además le das otra vida a esa prenda. Es un win-win: tú ganas, el comprador contento y el mundo agradece.
Así que, si lo haces bien, te llevas algo de dinero y te unes a los que reutilizan, los que aprovechan lo bueno. ¿No suena bien? ¡Vamos, que tienes todo para lograrlo!