Vamos a ver, amigo… El Tren Maya está en boca de todos, y no precisamente por su velocidad. Resulta que esta megainversión está quitando recursos a cosas realmente importantes, como Pemex y la Educación. Sí, lo sé… ¡no es lo que esperábamos!
Imagínate que estás en un restaurante, pides una hamburguesa, pero el chef decide que todo el queso debe ir al sándwich de pescado de la mesa de al lado. Bueno, eso está pasando con nuestro dinero público. Muchos pesos y centavos están yendo al Tren Maya mientras Pemex y las escuelas están pidiendo auxilio. Totalmente una fiesta… pero solo para unos cuantos.
¿Y quiénes son los invitados estrella que están de fiesta? Los que están detrás del proyecto, y quizá las regiones donde el tren realmente pase. Mientras tanto, los pobres maestros y trabajadores de Pemex están en la parte de afuera, intentando colarse para tomar algo de agua.
¿Te preocupa que el costo de la gasolina suba o que las escuelas se queden sin pupitres? Pues debería, porque todo esto va hacia un solo lugar. Y cuando a Pemex le aprietan el cinturón, todos nosotros – recorriendo México yendo al trabajo o al colegio – terminamos pagando más en cada estación de servicio.
Ahora, no voy a decirte que llores por esto, sino que te pongas las pilas. Diversifica esas inversiones de las que todos hablan (sí, lo que hace tu tío raro con los bitcoins). Mantente informado… porque escuchar es gratis, y qué decir de protestar cuando algo está torcido. No te duermas en los laureles, porque mientras tú haces la siesta, otros están ahí, eligiendo dónde va el queso (y no es siempre sobre la hamburguesa que queremos).
En definitiva, querido amigo de la vida… el Tren Maya nos está dando dolores de cabeza a algunos, mientras que otros disfrutan del espectáculo. Así que ya sabes, mantente alerta y bien informado para que puedas tomar parte en moldear el próximo capítulo de este culebrón. Y ojo… ¡que esto es solo el comienzo!